jueves, 20 de octubre de 2016

VIVIR EN UN "YA-TE-COMO" LITERAL

Sí, has leído bien el titular; vivimos en un "ya-te-como", literalmente. La gente se come entre sí, parece que la convivencia es canibalista en lugar de aprender a ser cooperativista y simbiosista.
Un consumo que hace que haya desequilibrios alimenticios; entre no sólo, un sistema mal gestionado para satisfacer las verdaderas necesidades de hambre entre la población, con precariedad en su modo de vida y otra parte, entre las personas mismas y su estado de salud.
En este último punto, decir que no se debiera educar a sobre comer, como si fuéramos animales; más bien, falta una reeducación en saber nutrirse dosificandose y autocontrolándose a niveles de placer en el consumo. No dependiendo de la comida, sino ser un hábito saludable, el comer en menor dosis; porque puedes compartir una parte, que de otra manera sería derrochadora y acabaría en la basura.
Ahora sí, si vamos a ver el despilfarro generado en la cadena de consumo de este sistema, hay que empezar por la fase de producción de los productos primarios; en el mar, la tierra, el aire.
Muchos productos son desechados en las lonjas de ventas de estos productos primarios, y anteriormente, en la recolección de los mismos, según la apariencia, también se llegan a desechar hasta un 10% de los mismos.
Es lo recogido en el programa de la noche temática y su documental sobre; el despilfarro alimentario. Les dejo el video abajo, al final del artículo.
En la lonja,  muchos productos se obligan a ser rociados por venenos; para evitar ser cogidos, en lugar de poder ser donados a los propios trabajadores, que sufran algunas carencias.
Personalmente, yo que trabajo en un servicio catering para colegios, me encuentro con esta situación y me escama esta actitud. De hecho, es uno de los puntos más irritantes entre los gestores; tanto de mi propia empresa, como de la parte gestora de la ikastola.
Es una situación que con el tiempo espero poder solventar o ayudar a solventarla.
Decir, al hilo de la utilización de desechos, en el sector pescado se aprovechan ciertas partes como cabezas y espinas para hacer las harinas típicas de retroalimentación a peces e incluso animales de granja. Consumo que no es natural; nadie ve a un cerdo ir a pescar.Ni tampoco a la inversa, luego  cohabitan hábitos no naturales, que de alguna manera hay que regular.
Otra gran parte del sector primario, se está empezando a aprovechar, para hacer: reabastecimiento, son los llamados bancos de alimentos, pero la cifra ronda hoy día el 10%.
Cuando pasamos a una fase de distribución, bien en: supermercados, hospitales, hoteles, guarderías, colegios, etcétera, vemos cuánto derroche y despilfarro recogen los contenedores de basura; puestos detrás de todas estas instalaciones.
El azul de metileno es un compuesto que hace que muchas personas se echen para atrás al verlo; sobre la comida o restos de alimentos que podrían ser consumidos. El sistema no quiere que se recojan, para evitar así: primero, la recogida y segundo, que tengas como mucho una gastroenteritis o infección gástrica por recoger el producto en un estado, no tan fresco.
La tinción produce un efecto; para parecer más tóxico, en el alimento en sí, aparentando que está en peor estado de lo que es en realidad.
Aunque, la realidad es que mucha gente: tiene sus necesidades básicas de alimentarse, sin satisfacer. Viviendo en un sistema que se los come y los deja en puros exoesqueletos; que justo llegan a tener en la mejor de las ocasiones, un techo, en el que resguardarse. Viven de ayudas sociales y de pedir para pasar el día a día en bancos alimentarios.
Estas situaciones provocan encima; que haya desconfianza, entre la gente autóctona y el emigrante, cuando lejos de tener que ser relaciones competitivas, éstas deberian de cooperar; para satisfacer a ambas partes.
  A día de hoy, mucha fobia y mucho racismo viene por esa desigualdad; viendo que a unos se les ayuda, más que a otros.
Los asistentes sociales son los que deberían mediar; para generar status de igualdad y sistemas de sostenibilidad, me explico: la vergüenza y el orgullo de no pedir, no ayudan a equilibrar el sistema, luego ofrecer alternativas es la solución.
1) Algunos donan por el beneficio fiscal que obtienen, que suele rondar el 60% en lo general.
2) Otra manera, es hacer que grandes distribuidores den una segunda vida al alimento antes de perecer, reconvirtiéndolo en: sopas, zumos, macedonias, ecétera. Pudiendo luego redistribuirlo.
3) Generar iniciativas como: "la Nevera Roja" que en un principio, antes de venderse a los servicios de comida rápida, el mismo punto de distribución, podía mantener la comida en temperaturas adecuadas, hasta hacer que las sobras pudiesen pasar a reutilizarse. Fue un gran ejemplo.
Este caso, lo propuse yo a mi empresa, pero como somos colegios y debía de mantenerse el producto a la temperatura adecuada, (más de 65 grados Celsius) para poder ser utilizado, sin que produzca ningún daño. Al cortar la cadena de temperatura, esto no valía, para donar.
Aunque si los agentes sociales y las diputaciones permitierán tener un punto "Nevera Roja", que permitiera a su vez, mantener la cadena de temperatura en los ayuntamientos o puntos cercanos; como otros distribuidores o dispensadores alimentarios, podrían acercar a personas necesitadas esta segunda vida de los alimentos de sobras en guarderías, hospitales, hoteles, etc. Sin tener que ser un producto caro, sólo sostenible.
4) Otra forma de ayudar son: los supermercados de productos casi perecederos.
Ayer, en el Teleberri de la noche, vi que había comenzado esta iniciativa en Euskadi. Pero Francia, ya desde el 2013 o antés, tiene este sistema impuesto.
" La Tente de Glameurs" así funcionan, y distribuyen a necesitados de muchas clases y condiciones sociales, que de otro modo no podrían salir adelante. Prevalece el cooperativismo y no la competencia, que es lo que lo hace factible.
Por último, decir, que hay una corriente: el friganismo o freeganismo, qué es la recogida directa de la basura, siendo un antisistema. Ojalá!, ésta se erradicará, con el resto de las opciones que se podrían dar. Aunque hay que aprender a pedir: algunos de pequeños, ya lo hacíamos, en supermercados que tiraban los yogures por estar caducados o a distribuidores de fruta que tiraban lo perecedero, y menudos batidos de fresa salían con aquellas fresas apachurraditas.
Yo,  hoy les he comido un poco de tiempo, pero espero, que ayudemos a la sociedad a ser consumidora de: un "Ya-no- te-como" literal, sino un; "Ya-comparto", más natural.
Sobretodo ayudemos a nuestros niñ@s y jóvenes a crecer en comerse a besos y abrazos para creer: que un mañana sostenible y sin hambre, SI es posible.

Marisol Andrade.
Igual les interesa:
VALENTÍA
LIBERTAD
UNA ESTRELLA EN MI JARDÍN

No hay comentarios:

Publicar un comentario