jueves, 14 de abril de 2016

NO QUIERES UN CAZO, PUES TOMA CAZO Y MEDIO

Hoy les voy a relatar lo que denota el silencio en algunas ocasiones.
Dicen que: "a perro flaco todo son pulgas", eso debió de ocurrirme. Hace dos años, me tocó pasar por uno de los momentos más frágiles en esta escalada de la vida;  tuve lo que se denomina un brote psicótico.
¿Cómo se llega a él?, el cansancio, la mezcla de lo irreal con lo real, en busca de la persecución de la intuición frente a la racionalización, la impotencia acumulada de los días ... y un montón de cosas más, que las tengo todavía que correlacionar para poder explicárselo.
El caso es que eso, me llevo a un tratamiento psiquiátrico, durante dos años y medio. Los dos primeros años que he estado medicada, se había dado un cuadro de hipertiroidismo, más el brote en sí y había generado un cambio metabólico muy grande en el que cogí 20 kilos de peso, entre otras cosas.
La medicación para el brote psicótico fue elevada y género la elevación de prolactina en mi metabolismo. La endocrina me mandó hacer una resonancia magnética y vio un adenoma hipofisiario de 4 milímetros, que correlaciona con la elevación de prolactina.
El día siete de este mismo mes, de abril, después de dos años y medio, y otra resonancia magnética; ha corroborado que tras dejar la medicación psiquiátrica, la prolactina ha caído y el adenoma hipofisiario ha sido reabsorbido por mi cuerpo.(Eso según la endocrina).
El día trece de abril, el psiquiatra me daba el alta, pero él no se explica esa misma correlación, de hecho no explica su reabsorción.
Para que luego digan que el sufrimiento no conlleva a estar al borde de los abismos.
Hay veces que la vida te dice; no quieres un cazo, pues toma cazo y medio.
Espero que por lo menos, para muchas otras personas que vengan detrás, los niveles de medicación se tengan en cuenta; para no generar problemas, sino soluciones, aunque sean en el ámbito de la psiquiatría.
El caso es que el silencio durante dos años ha sido mi opción,  sólo lo hemos sabido; yo, mi marido y mi madre. Un poquito más cerca de la segunda resonancia, algún que otro amigo y mi hermana.
Lo importante son las ganas de querer vivir la vida; con intensidad, porque realmente vives el hoy, no sabes si existe el mañana.
Tú eliges con quién compartes los buenos y los malos momentos, en función del espacio-tiempo vivido con las personas y lo que dejan en tu corazón.
Como les he dicho a mis amigos: me queda dar mucho la lata, o enseñarle a la vida que ya no me gustan sus cazos, que yo haré mis propias lentejas...
Marisol Andrade

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